Llega un nuevo final, otros tres de nuestros programas junior en Irlanda e Inglaterra llegan a su fin. Casi cien alumnos regresan a España después de tres semanas de aventuras apasionantes y vivencias irrepetibles.
En Dublín han disfrutado nuestros alumnos del programa ‘International’, un espacio donde convivir con un sinfín de alumnos de diversas nacionalidades y donde aprender usos y costumbres conviviendo con familias irlandesas. Excursiones, clases, actividades; los días han estado repletos de experiencias en el camino para mejorar su inglés y, lo que es más importante, su autonomía y su crecimiento personal.
En Galway, los chicos y chicas del programa ‘Western’ han disfrutado de numerosas salidas para conocer la costa más exótica de Irlanda, incluyendo los famosos ‘Cliffs of Moher’. No han faltado otras escapadas para conocer en profundidad la cultura irlandesa y sus lugares más emblemáticos, además de poder disfrutar viviendo en una de las ciudades más pintorescas y culturales de la isla esmeralda. Galway, con sus festivales y sus carreras de caballos son el centro neurálgico de Irlanda en verano.
También han dicho adiós nuestros alumnos del ‘Urban England Experience’, un programa realizado en la ciudad del más mítico de entre todos los ladrones: Robin Hood y su bosque de Sherwood. En esta ciudad antigua, lo medieval y la historia más reciente se mezclan para permitir a los alumnos disfrutar de cada uno de sus rincones. Un apasionante recorrido por la ciudad guiados por el famoso ladrón les dio la bienvenida los primeros días.
Todos se despiden esta semana. Todos con sonrisas tristes hacia el aeropuerto. Es el momento de la despedida, el momento de decir adiós a los compañeros con los que han compartido estas emocionantes semanas. Y es también el momento de las promesas para el siguiente verano. Volver a verse, decidir en cuál de nuestros programas volverán a encontrarse el año que viene. Ganas de volver a casa a reencontrarse con los suyos, pero ganas de no decir adiós. Alargar la despedida, dar los últimos abrazos, lágrimas de félidas y la certeza de haber vivido el verano de sus vidas.
