Todos los miembros de H4 nos sentimos fuertemente unidos a este país. Todos le debemos mucho. En sus hermosos pueblos y acogedoras ciudades hemos aprendido, disfrutado y madurado como personas. El conocimiento que tenemos del país y sus gentes, y todo lo que hemos vivido en él, son un pilar básico en la construcción de este proyecto.
Un país en el que hemos crecido y que hemos visto crecer. En estos más de 20 años de relación, hemos visto cómo se ha desarrollado y modernizado, poniéndose a la cabeza de los países más desarrollados del mundo, destacando en materia de libertad económica, política y de prensa.
Lo que más llama la atención de Irlanda no son sus paisajes espectaculares, esos que hacen que las pulsaciones de tu cuerpo se ralenticen, llenándote de paz, dejándote boquiabierto, absorto en su belleza. No. Tampoco es la cultura, esa riqueza cultural llena de siglos de historia, de misticismo y leyendas. Ni sus construcciones: castillos, iglesias, catedrales…, que te transportan a otra época. Ni la música, que suena en cada rincón del país, poniéndole su perfecta banda sonora.
Dublín
Lo que destaca por encima de todo (y ya es decir) son sus gentes. Son ellos, los irlandeses, los que hacen que Irlanda deje esa huella imborrable en todos los que la visitan. Llenos de alegría y siempre con una sonrisa en sus labios, reflejan su carácter amable, generoso y acogedor.
Son los irlandeses la mejor tarjeta de visita que podríamos presentar. El inglés que hablan es uno de los más claros del mundo, siendo ideal para el aprendizaje y perfeccionamiento. Su hospitalidad y su carácter facilitan la adaptación del estudiante, lo que redunda en un mayor aprovechamiento del curso y un mayor aprendizaje. Además son especialistas en formar anglo-parlantes, ya que llevan más de 60 años recibiendo a millones de estudiantes de todas partes del mundo.
Sin duda, sabemos que Irlanda es el destino perfecto donde alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto, que sientas que “el inglés no es un idioma, es un experiencia”.