Para seguir nuestra visita a Dublín, en nuestro segundo día pasearemos por la concurrida Grafton Street, en pleno corazón de la ciudad y a escasos metros del Trinity College. En esta calle encontraremos algunas de las tiendas más conocidas y podremos tomar un desayuno especial en Bewleys’s Oriental Café, un pintoresco local abierto desde 1927.
Siguiendo nuestro paseo, nos encontraremos con el impresionante parque de St. Stephen’s Green y el centro comercial del mismo nombre. En este parque, uno de los más antiguos de la ciudad, podemos disfrutar de un picnic a cualquier hora del día, aprovechando sus rincones más fascinantes.
A solo unas calles de allí podemos encontrar The Parliament House, el edificio donde se concentra el gobierno irlandés y que es un antiguo palacio Ducal conocido anteriormente como Leinster House.
Después, daremos un pequeño paseo hasta el Dublin Castle, utilizado en el pasado como lugar de asentamiento de los vikingos, fortaleza militar y residencia real, entre otros. El Castillo de Dublín es utilizado hoy en día como lugar para la celebración de las recepciones estatales. Sus estancias se pueden conocer mediante una visita guiada de 45 minutos.
Para acabar nos dirigiremos a St. Patrick Cathedral. Además de ser la iglesia más grande, St. Patrick es, junto con la Christ Church Cathedral, una de los templos más importantes de Dublín. Construida en piedra en el siglo XIII, sus primeros templos fueron de madera y cuenta la leyenda que fue erigida junto al pozo donde San Patrick bautizaba a los paganos.
Y llega el momento de relajarse y seguir con la vida nocturna en la ciudad. En nuestra segunda noche y después de una buena cena en cualquiera de los pubs o restaurantes de Temple Bar, podemos disfrutar de alguno de los conciertos de música irlandesa que estos nos ofrecen o reservar entradas para presenciar el famoso espectáculo teatral de música y danza tradicionales irlandesas: ‘Riverdance’.